Salvación
He decidido no dejar morir
los rasgos
de ése que es
a toda lluvia;
de ése
que calibra el sol
y justifica
el vano tiempo.
Propagaré su canto
sobre las terrazas
y los tendales;
penetrará agujeros de gusano
y
madejas de aburrimiento.
Cantará su canto
en toda noche
y todo día.
Él es ya su canto
que lo emancipa
de él;
lo convierte
lo sublima.
Abrirá las ventanas rebeldes
para que entre
el sol
del mediodía;
y de un imprevisto sablazo
le arrancará
las uñas
a la rutina.
Nunca morirá
sólo dormirá
en mi pupila.
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